El día 15 de junio de 1496, Francisco de Cuevas, escudero, alcaide de la villa de Fuentes, ejerciendo como “investigador” nombrado a tal efecto por las Cortes de Aragón, celebradas en Tarazona el año anterior, y el notario zaragozano Gil de Aluenda llegaron a Tauste, villa de realengo, para efectuar el recuento de los “fuegos” de la localidad.
El día anterior habían hecho lo mismo en el lugar de Albeta, perteneciente al secretario real Juan de Coloma, y en el de Novillas, de la Orden militar de San Juan de Jerusalén.
Francisco de Cuevas y Gil de Aluenda se habían hecho cargo de esta tarea en el otoño del año anterior para todo el ámbito de la “sobrecullida” de Tarazona, una amplia circunscripción de carácter fiscal que abarcaba lo que hoy son las comarcas de Tarazona, Borja, Valdejalón, Ribera Alta del Ebro y Cinco Villas.
El comienzo en Tarazona
Comenzando su trabajo en la ciudad de Tarazona el día 22 de octubre de 1495, al poco de acabar las Cortes, habían dejado la tarea casi terminada el 12 de diciembre en Remolinos. Sin embargo, por alguna razón, habían quedado sin investigar dos de las principales localidades de la zona, Borja y Tauste, así como algunas otras menores, cercanas a Zaragoza, que lo fueron ya en estos días finales de la primavera de 1496. El recuento lo retomaron el 11 de junio en Borja y lo terminaron en Monzalbarba el 16 de ese mismo mes. Ya hemos dicho que Tauste recibió su visita el día 15, miércoles.
Como en los demás sitios, ese día el alcaide de Fuentes y el notario real, que daba fe de todas las actuaciones realizadas, fueron recibidos en nuestra localidad por las autoridades, cuyos cargos y nombres aparecen recogidos también en el acta.
Los representantes de la villa de Tauste
Como representante de la Iglesia les estaba esperando el lugarteniente del Vicario, “mossen” Pedro Garcés, y por el poder civil, el Justicia de la villa, es decir, el alcalde de entonces, Martín de Aragüés, y los Jurados concejales Martín de Agón, Juan de Estáus, Juan Íñiguez de Montagut, señor de Canduero, y Miguel Frontín. Firmaron el acta notarial como testigos Gil de Aluenda, menor, probablemente un hijo del notario que lo acompañaría en su recorrido, y Antón de Arcos, quien tampoco era de Tauste, acaso un criado del alcaide de Fuentes.
Sabemos todos estos detalles porque ha llegado hasta nosotros y se conserva en el Archivo de la Diputación Provincial de Zaragoza, una copia del acta original, procedente del antiguo y destruido Archivo del Reino, que recoge en dos volúmenes todo este fogaje de Aragón de 1495/96. Quien desee comprobar los datos relativos a Tauste en los que se basa este artículo los encontrará desde el folio 117 al 121 del tomo II.2.
El manuscrito
El manuscrito fue transcrito por Antonio Serrano Montalvo: La población de Aragón según el fogaje de 1495, Zaragoza, IFC-Gobierno de Aragón, 1997. En este caso, de consulta mucho más cómoda, habrá que buscar el tomo II, Sobrecullida de Tarazona, pp.83-86.
Acabada su tarea en Tauste, ese mismo día 15, los investigadores y su séquito todavía tuvieron ocasión de trasladarse al lugar de Pradilla, perteneciente a Domingo Lanaja, y de allí, ya el día 16, continuaron y concluyeron su faena, iniciada seis meses antes, en Torres, Sobradiel, Utebo y Monzalbarba.
El fogaje que aquí presentamos tiene una motivación esencialmente fiscal y una imposición universal: está pensado para establecer el gravamen particular de un impuesto, la sisa, que, al cobrarse sobre artículos de consumo básico, afectaba, en efecto, a todos los aragoneses; en la práctica, sin embargo, este tipo de impuesto afectaba con mayor intensidad a los más pobres, cuya economía doméstica dependía en mucha mayor medida de estos productos.
La sobrecullida de Tarazona
Tauste fue incluida en la sobrecullida de Tarazona, y con sus 272 fuegos -la cuarta localidad más populosa tras la propia Tarazona (732 fuegos), Borja (469) y Ejea (411) -, debía contribuir con 16 sueldos por fuego en el caso de la sisa sencilla y con 22 en el de la sisa doble, o sea, con 4.352 sueldos en un caso y con 5.984, en el otro.
En realidad, a partir de los datos del fogaje no podemos saber cuál era el número exacto de habitantes de Tauste en 1495 puesto que no tenemos ningún dato acerca de cuántas personas vivían en cada uno de esos casi 300 hogares. Los historiadores modernos solo se atreven a dar una cifra aproximada de la relación individuos/fuego en la Edad Media, que suele colocarse en torno a 4. Dado que ese día 15 de junio de 1496, la villa de Tauste contaba con 272 fuegos, deberíamos estimar para nuestra villa una población, tan solo aproximada, de unos 1.100 habitantes.
Tauste resultó ser, de este modo, una de las quince localidades más pobladas de Aragón, tras Zaragoza, Huesca, Calatayud, Caspe, Tarazo- na, Jaca, Barbastro, Monzón, Fraga, Borja, Villarroya de la Sierra, Daroca, Cariñena y Ejea.
Algunos apuntes sobre el fogaje de Tauste
Por último, aunque de forma muy limitada, el listado de Gil de Aluenda incluye también alguna mínima anotación adicional que nos sirve para entrever algún aspecto de la realidad social del Tauste de finales del siglo XV. Como la normativa fiscal recogía la posibilidad de eximir del pago del impuesto a aquellas familias que no podían hacerle frente, en el listado figuran de forma específica varias personas con el nombre de “pobre” e incluso “muy pobre”.
Destaca el gran porcentaje de estas que se corresponde con mujeres viudas, que, además, en varias ocasiones, se veían obligadas a la mendicidad, ese “por Dios” de donde viene nuestro actual “pordiosero”. Y también hallamos constancia en el listado de algunos taustanos que tenían su propio oficio como “mege” -“médico”-, pelaire -trabajador de la lana-, zapatero o sastre, y de otros de los que se nos indica su condición social más elevada de caballero o escudero.
No figuran, sin embargo, los títulos nobiliarios y así, por ejemplo, de Juan Íñiguez de Montagut no se indica que era Señor de Canduero ni sabemos cuál de los tres Frontín mencionados era el señor de Mira.