Hallado un Potín celta del Siglo I a. C. en el término de Tauste
La moneda hecha de una aleación de cobre, plomo y estaño fue puesta en conocimiento de la Asociación por el vecino que la encontró
Rarísimo ejemplar de moneda, hallada en el entorno de la ermita de San Antonio, pendiente de catalogar y que nos atrevemos a proponer como un Potín celta del S. I a.C. perteneciente a alguna de las tribus de la Galia Comata o Galia Melenuda situada entre los actuales países de Bélgica y Francia.
En esa extensa localización se establecieron pueblos como los Leuci, Lingones, Senones, Suessiones, Remi o Sequani que fueron conquistados por Julio César, junto con el resto de la Galia, en sus campañas llevadas a cabo entre el 58 y 51 a.C.
El hallazgo de esta muestra tan al sur de su área de producción, de ser acertada su catalogación y siempre tomando las debidas precauciones, es todo un misterio, quizás por algún tipo de conexión entre estas tribus y los nativos del territorio más meridional de las Cinco Villas habitado en aquel entonces por celtíberos, vascones y suessetanos.
Paradójicamente, de estos últimos se creyó durante mucho tiempo emparentados con los suessiones galos.
La moneda
El potín es una moneda hecha de aleación de cobre, plomo y estaño. El numerario que presentamos tiene un diámetro de 21 mm y un peso de 1,3 gr, algo bajo para los estándares de este tipo de piezas.
Fascinante es la descripción de sus motivos que ofrece múltiples interpretaciones. El anverso suele ser una cabeza céltica de guerrero caracterizada por sus largos cabellos al viento, y el reverso se dedica a imágenes naturalistas de animales que intencionadamente trasmiten poder y fuerza como es el caso del caballo, jabalí, oso, lobo…
Los potines imitan a las monedas griegas contemporáneas a su época pero le daban un toque personal en el diseño con un esquematismo propio del arte abstracto del S. XX.
Esta simplicidad en las formas no se atribuye a la escasa habilidad de sus acuñadores sino que parece intencionado para tratar de dotar a sus monedas de una personalidad propia y, a la vez, distanciarla de sus modelos griegos. El resultado es efectivo y, sin duda, sorprendente.
Una moneda más que se une al amplio catálogo de numismática aparecido en el término de Tauste que se ha ido formando gracias a la colaboración de todos aquellos que depositan su confianza en la Asociación.
Huelga decir que las monedas una vez catalogadas se devuelven a su propietario junto con el informe correspondiente a su identificación.
Fuente: www.tesorillo.com
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